Equipo

Tras una primera excursión en el Pantano de los Hurones decidimos volver para continuar nuestras actividades de reconocimiento. El pasado domingo 18 de julio de 2021 nos reunimos un equipo de 7 personas con el objetivo de identificar zonas adecuadas para potenciales actividades de aventura que impliquen hacer noche.

A diferencia de la visita anterior, mi intención era llegar más lejos dentro del pantano. Estudiando algunas fotos del lugar, que hice cuando visité el Pico Silla, había fichado un par de sitios muy prometedores, y queríamos verlos de cerca.

Empezamos a remar a eso de las 10:30 en un pantano con el agua en calma total. Nos deslizábamos sin dificultad. La temperatura era agradable, aunque más calurosa que en la ocasión anterior. El cielo estaba totalmente despejado, lo que nos obligó a tomar más medidas de protección contra el sol.

Cuando llevábamos del orden de una hora remando, hicimos una pequeña parada para comernos un tentempié y revisar el mapa. Aterrizamos cerca de la zona a la que habíamos llegado la vez pasada, así que el trabajo de reconocimiento empezaba realmente a partir de aquel punto. En breves giraríamos a la derecha para alcanzar la masa de agua principal del pantano.

Al entrar en esta zona pudimos ver como la vegetación creció en altura, y los matorrales dejaron paso a árboles más elevados, como pinos, encinas y eucaliptos. Algunas orillas empezaban a estar más despejadas y divisamos algunos sitios prometedores. Pasando cerca de la antigua cantera de piedra que se usó para construir la presa artificial, ya vimos con claridad el objetivo del día. Era la zona que habíamos identificado previamente en fotos.

Foto desde el Pico Silla

Mientras más nos acercábamos más evidente quedaba que aquel era en efecto el sitio idóneo. Un claro en el bosque, con hierba baja y zonas de sombra natural, con una playa lisa y accesible. Llegamos al destino a eso de las 13:00. Habíamos recorrido unos 7 km en unas dos horas y media desde que iniciamos la jornada, lo que indicaba un buen ritmo de remada. También acusábamos cierto cansancio, así que decidimos hacer una generosa parada. Nos refrescamos en el pantano, almorzamos y dormimos la siesta. Teníamos un largo camino de vuelta, así que no tuvimos prisas por ponernos de nuevo en marcha.

Mientras equipábamos los kayaks para volver, notamos un viento de poniente que empezaba a aparecer en el valle. El primer tramo de vuelta tuvimos este viento soplando en perpendicular desde nuestra derecha, lo que nos obligó a un constante y cansino ajuste del rumbo. Una vez salimos de la masa de agua principal y giramos a la izquierda, el viento se nos puso en cola y la remada fue bastante más fácil.

Como ya dábamos el objetivo del día por cumplido, la exploración, hicimos todo el tramo de vuelta sin detenernos a ver nada más. Llegamos al final de la ruta, la cola del pantano, a eso de las 17:00, en algo menos de dos horas. En total la actividad, con casi 15 km remados, nos llevó unas 7 horas contando con preparaciones, paradas y demás.

De nuevo tuvimos un buen servicio de alquiler de material ofrecido por la empresa Experiencia Outdoors. Las sensaciones de la jornada fueron muy buenas. Creo que nos sentimos preparados para progresar al siguiente nivel: actividad nocturna.

Un video resumen:


Track GPS del recorrido de la jornada: