Cima del Pico Simancón

Existe por nuestra zona otro grupo de montaña y senderismo llamado +QSenderismo, que hacen actividades muy parecidas a las que hace el equipo Los Extraviaos. Hay algunas personas que participan en actividades de ambos grupos, y en más de una ocasión se han realizado actividades conjuntas. Este fue el caso del pasado sábado 26 de Diciembre, cuando fuimos a realizar una aventura de montaña por Grazalema.

La intención del día era realizar una ruta circular visitando las cimas de los picos Simancón, Reloj y finalmente la Cueva de las Dos Puertas. Todo ello en la zona conocida como Sierra del Endrinal. Un lugar que ya a estas alturas de nuestras vidas montañeras conocemos bastante bien, ya quelo hemos visitado en multitud de ocasiones.

Habíamos quedado en la zona de inicio con el otro equipo a las 9:30 de la mañana, y allí llegamos puntuales. Sin embargo, debido a diversas circunstancias no sería hasta cerca de las 10:30 que todo el mundo estuvo allí listo para empezar a andar. Ya desde ese momento quedó de manifiesto que algo no se había pensado bien. Allí había demasiada afluencia de gente, del orden de 20 personas entre los dos equipos.

Había bastantes montañeros por la sierra aquel día, podíamos ver pequeños grupos salpicando los diferentes senderos de la zona. Prácticamente todos eran grupos de 2 a 5 individuos. Estaba claro que el día invitaba a salir a la montaña. Había cielo soleado, temperaturas frescas pero suaves y poco viento. Los bosques que cruzamos estaban muy frondosos y verdes. Se respiraba naturaleza por todos los rincones.

Pude fijarme en cómo otros senderistas de la zona nos miraban con sorpresa. El número de personas en nuestro grupo combinado seguro infringía algunas restricciones sanitarias en materia de distanciamiento social. Al parecer, nadie había hecho un recuento en días anteriores a la actividad, de cuánta gente asistiría a la cita. Con ánimo de enmendar la situación, nos paramos un momento a hablarlo. Se decidió que la solución era realizar la ruta por separado, los individuos más lentos quedándose atrás y los más rápidos yendo delante.

Así fue que nos pusimos a andar y llegamos a la cumbre del Simancón en poco tiempo. Yo iba en el grupo más ágil, e hicimos cimas en unas dos horas desde que salimos del aparcamiento. A pesar del aparente ritmo rápido, pude disfrutar bastante de la ruta de subida, ciertamente hermosa. Nuevamente quedé sorprendido al transitar por el altiplano que hay en la zona del collado del Navazuelo. Siempre que visito el lugar me pasa lo mismo. Encontramos algo más de viento en la zona de cumbres, lo que nos obligó a ponernos más ropa de abrigo.

Pasamos un buen rato en la cima. Como había tanta diferencia con el grupo de cola, decidimos picotear algo mientras esperábamos a que al menos retomáramos contacto visual. Y en cuanto ocurrió, de nuevo nos pusimos en marcha el grupo de cabeza. Tocó atravesar la rocosa cuerda que lleva al vecino pico del Reloj. No pasamos demasiado tiempo en esta otra cima y bajamos a la zona de la Charca Verde donde volvimos a hacer un alto para almorzar e intentar reagruparnos. Resultó que en este último tramo incrementamos aún más la diferencia de ritmo entre ambos subgrupos.

Cueva de las Dos Puertas

Tras más de una hora parados conseguimos juntarnos. Nos pusimos en marcha en dirección a la Cueva de las Dos Puertas, pero a los pocos minutos de nuevo se creó una gran diferencia de tiempo entre los que íbamos en cola y los de atrás. Aunque esto era precisamente lo que habíamos acordado al principio de la jornada, no pude evitar empezar a hacer cálculos de horarios. Para la visita a la cueva había que tomar un desvío en el camino. Si no se usara este cruce se seguiría directo al final de la ruta, el aparcamiento. Miré el reloj, eran las 16:30. Vi que era probable que al equipo de cola le pudiera dar la noche en el monte. Iban del orden de una hora por detrás de nosotros. Les di esta información mediante walkie talkie, con la intención de que se replantearan el objetivo de visitar la cueva, pero decidieron seguir el plan inicial.

Sobre las 17:00 llegamos a la cueva el primer grupo. Nos tomamos unos momentos para disfrutar de las vistas, hicimos unas fotos y enseguida continuamos bajando. Yo ya estaba cansado de andar y me dolían los pies. Empezaba a oscurecer rápidamente y la humedad del ambiente se incrementó. El último tramo de sendero descendente era bastante resbaloso, y de hecho me caí al suelo al menos tres veces, sin consecuencias.

Finalmente llegamos de vuelta al aparcamiento, contentos por haber completado un buen día en el monte. Contactamos por walkie talkie con el grupo de cola, y aún ni siquiera habían llegado a la cueva. Como calculamos que tardarían al menos una hora en llegar, y hacía bastante frío como para estar allí parados, acordamos que no les esperaríamos y que emprenderíamos de inmediato el camino de vuelta a casa en coche. Esto tampoco me convenció, ya que no es mi estilo. Hubiera preferido esperar para ver que todo el mundo acabara la ruta sin problemas. Pero, honestamente, el tema horario no había sido razonable desde que comenzara la jornada.

Cuando estoy escribiendo este post tengo buenos recuerdos del día. A pesar de la estupenda jornada de montaña, no puedo quitarme la sensación de que quizás la actividad no estuvo demasiado bien organizada. Al equipo de cola les cogió la noche. Esto para mí significa que algo falló en cuanto a planificación. A no ser, claro está, que tu intención sea precisamente esa, como yo mismo he hecho varias veces en este mismo sitio.

El track GPS de referencia: