Vista lateral de la isla

Teníamos muchas ganas de conocer la península escandinava y se nos presentó la oportunidad de visitarla por motivos de trabajo para este mes de Agosto. Nuestro destino es la capital de Suecia, Estocolmo, donde tendré un par de semanas de trabajo.

Nada más empezar a preparar el viaje ya nos resulta llamativo lo deficiente de las conexiones aéreas desde Sevilla. La única opción viable es desde Málaga, ya que desde Madrid no hay buenos horarios con el AVE para los vuelos a Estocolmo. El viaje a Málaga en transporte público está también en malas condiciones, ya que existe un corte de vías entre Osuna y Pedreda que resultan en una duración del viaje de en torno a 4 horas.

Tengo que reconocer que ante lo inapropiado de las conexiones de vuelos, llegué a pensar en aprovechar la oportunidad y cruzarme Europa en tren (Sevilla - Barcelona - Paris - Hamburgo - Estocolmo), pero el tiempo de viaje se sale de lo que podíamos permitirnos. En cualquier caso, esa travesía en tren debe de ser bastante interesante y no descarto hacerla en el futuro.

Calle de Estocolmo

Nada más llegar a Estocolmo nos encontramos de frente con la realidad del nivel de vida y la diferencia de precios: dos cervezas por 18€. La bebida y también la comida son bastante caras. El precio del transporte público también es elevado, pero mi sensación es que es mucho más rentable para el usuario que en España (o al menos Sevilla), ya que las infraestructuras también son mejores.

Primero nos alojamos en el hotel Clarion Amarante, bastante bien localizado con respecto al centro, distancia de paseo. El hotel estaba bien, aunque las habitaciones (y el baño) eran un poco pequeñas para lo que nos esperábamos.

Paseamos el centro de Estocolmo varias veces, y nos pareció bastante interesante por un lado, pero por otro nos dio la sensación de estar en cualquier otra capital europea, todo lleno de turistas clásicos. Esto le quita bastante encanto, y choca con la imagen que teníamos (o al menos yo tenía) de una Suecia relajada y naturalista. Estocolmo está rodeada por un archipiélago de islas, y hay muchos canales marítimos en la ciudad, y esto si que nos gustó. La actividad portuaria en las zonas de la ciudad cercanas al agua es incesante.

Hicimos un tour guiado por el centro de la ciudad, donde conocimos más sobre la historia antigua de Suecia en general y Estocolmo en particular, vikingos incluidos. También aprendimos más acerca de la actualidad sueca, tanto política como socio-económica. A diferencia de otras capitales mundiales que hemos visitado, resulta muy llamativa la baja cantidad de vagabundos y sin techo que hemos visto, aún en el centro de la ciudad. Algo deben estar haciendo bien en Suecia desde el punto de vista social, educativo y de sanidad. Aparentemente los suecos tienen unos sistemas públicos bastante potentes, sustentados por unos generosos impuestos.

En una isla

A mitad de nuestra estancia en Estocolmo cambiamos de hotel al Best Western Plus Time. Este hotel nos encantó, con habitaciones generosas en espacio y unas instalaciones excelentes. Por el contrario, está localizado en una zona más residencial, un poco más retirado del centro de la ciudad. Aprovechamos la ocasión para comer en restaurantes locales no enfocados a turistas, y pudimos degustar algunas delicias de la gastronomía local (sopa de pescado, etc).

Un día hicimos una excursión en barco a la isla de Fjäderholmen, y aquí si pudimos conocer la parte más vistosa de Suecia, cabañas rojas de maderas escondidas entre bosquecillos y el agua. La isla en si es bastante pequeña, pero fue una excursión muy tranquila y que disfrutamos bastante. Además, moverte en barco te da otra perspectiva de la ciudad.

El final del viaje estuvo marcado por una desgraciada noticia para nosotros: nuestra gatita falleció repentinamente debido a una enfermedad, pocos días antes de que volviéramos a España. Los últimos días del viaje no los disfrutamos demasiado debido al disgusto tan grande que teníamos, pues la gatita era más que una mascota, era parte de nuestra familia.

Nuestra desaparecida gatita Murphy

Intentaremos en cualquier caso guardar buenos recuerdos del viaje, que ha tenido muchas cosas buenas.