Pies

El pasado 4 de julio de 2021 viajamos a Menorca para pasar unos días de vacaciones. Teníamos reservado un alojamiento en el hotel Matchani Gran, que resultó ser un sitio muy tranquilo y apacible, quizás incluso demasiado. El coche no lo habíamos reservado de antemano, fuimos a las bravas. Conseguimos uno pequeño y barato, 400 € para una semana, en el mismo parking del aeropuerto, negociando con los agentes de las empresas locales de alquiler. Una vez asentados, nos dedicamos a recorrer los distintos puntos de interés de la isla, haciendo hincapié en el disfrute del atractivo de las playas y demás entornos naturales.

Mi interés particular era practicar snorkel, así que dimos prioridad a las zonas que más se prestaban a esta actividad. Descubrimos que por lo general hay dos tipos distintos de playas: las más rocosas y las paradisíacas de arena blanca. Las primeras son las que permiten un snorkel de buena categoría. Las otras, más bonitas y llenas de gente, no ofrecen mucho que ver a pesar de sus aguas cristalinas.

La primera que visitamos fue Cala Pregonda. Para llegar allí hay que andar un buen rato por el Camí de Cavalls, el sendero que circunvala toda la isla. A pesar del camino tan árido y sin sombra, encontramos el sitio lleno. Parece que todos los visitantes a la isla estábamos siguiendo la misma revista turística. Estas guías mencionaban el lugar como un sitio espectacular, pero lo cierto es que el snorkel fue muy normalito. No había demasiados peces, a pesar de los generosos arrecifes de piedra.

Probamos también en Binimel-La. Allí hubo algo más de suerte. Pudimos ver por primera vez grandes extensiones de posidonia oceánica. La vimos en las dos variantes, en matas verdes y en montones de hojarasca. Esto nos sorprendió al principio hasta que aprendimos que se trataba de una planta de hoja caduca. En esta playa pudimos contemplar una morena escondida en una grieta en el arrecife. También un llamativo pez golondrina.

Un día decidimos ir a una visita guiada por el Parque Natural s’Albufera des Grau. La experiencia fue magnífica, y aprendimos un montón sobre todo el medio ambiente de la isla de Menorca. La profesional que nos guió respondió con un conocimiento profundo a todas nuestras preguntas. Nos deleitó con toda la información que quisimos sobre la posidonia, el mar, la meteorología, los medios boscosos de la zona, etcétera.

Mitjana

Durante varios días dirigimos nuestra atención a uno de los sitios más espectaculares para hacer snorkel en Menorca, la Cala Sa Olla. Por desgracia esta piscina natural rodeada de rocas no se mostró disponible para nosotros debido al viento del sur. Hicimos dos o tres intentos de hacer snorkel allí, hasta que eventualmente perdí el interés. Sin embargo, el sitio era muy prometedor y se me quedaron las ganas de volver en el futuro.

Cerca de Sa Olla visitamos la pequeña playa de Binisafuller. Una cala tranquila y familiar que disfrutamos bastante, aunque en cuanto a snorkel no ofrecía mucho. Estaba llena de embarcaciones y los pocos peces que vimos jugueteaban entre las boyas, los amarres y los pequeños arrecifes del fondo.

Dentro de la categoría de visitas fallidas también pusimos Cala Rafalet. El agua estaba transparente y plana, pero nos llevamos una ingrata sorpresa al comprobar las ingentes cantidades de medusas que nadaban por todos sitios. Imposible bañarse. No me hubiera metido en el agua ni con traje de neopreno, que de todas maneras no llevaba. Luego aprenderíamos que el viento del sur es probablemente, de nuevo, el responsable de este fenómeno. Sospechábamos que Rafalet junto con Sa Olla eran los mejores sitios de la isla para el snorkel, y no pudimos hacerlo en condiciones en ninguno de los dos.

Durante nuestros trayectos de visita en visita no paraba de asaltarnos la curiosidad acerca de los pobladores primigenios de la agreste extensión de la isla. Decidimos ir a visitar uno de los muchos yacimientos arqueológicos, en concreto el poblado talayótico de Montefi. La actividad fue corta y entretenida, y definitivamente aprendimos más sobre el tema.

No quisimos perder la oportunidad de visitar una de las playas más famosas de Menorca, Cala Mitjana. Sabíamos de antemano que no habría demasiado buen snorkel disponible. Estaba llena de gente, en la arena, en el agua y en embarcaciones. El agua era cristalina, pero no había apenas nada de vida para ver debajo de la superficie.

Kayak

Y finalmente recaímos en Son Saura. De nuevo, bastante gente. Sabiendo que tendríamos dificultades para encontrar sitios de snorkel en condiciones, ni siquiera lo intentamos. Sin embargo, este era un sitio paradisiaco y privilegiado. Agua azul, verde vegetación asomada a la arena blanca. La cala de Menorca que más me gustó con diferencia. Simplemente nos dedicamos a tomar el sol y disfrutar de la gloriosa playa.

Otra de las actividades que realizamos fue una excursión en kayak. La empresa Monkey Kayak Menorca ofrecía una visita guiada desde Cala en Porter a Cales Coves. Nos gustó mucho remar pero la actividad se nos hizo algo pesada debido a que el ritmo del grupo era muy lento. Estábamos mucho tiempo parados, en aguas abiertas con cierto oleaje, lo que era algo molesto. Aún así, el recorrido en sí era muy bonito. Pasamos por bonitos acantilados y cuevas.

En general, Menorca es un sitio fantástico. Se puede hacer un buen snorkel en algunos lugares, pero desde luego no es lo único ni lo más interesante de la isla. Espero que volvamos en un futuro próximo, pues en una semana que estuvimos definitivamente se nos han quedado cosas pendientes.

Un video resumen:


Mapa con los puntos de interés: