Mucha nieve en intento al Pico Mágina
El Pico Mágina, con 2167 msnm, es la máxima altitud de la provincia andaluza de Jaén. Llevábamos tiempo con la idea de subirlo, y esta semana santa, el pasado jueves 29 de Marzo, nos lanzamos a por él.
En un principio la ruta era asequible, unos 10km con en torno a 700 metros de desnivel. Nada que no hubíéramos hecho antes. Y la meteo era buena: sol, temperaturas no demasiado bajas y viento asequible. ¿Qué más se podía pedir? Estimamos que podíamos subir y bajar la montaña en 4 horas en total.
Nos reunimos un equipo de 6 personas, todos con bastante experiencia ya en este tipo de salidas, y partimos de Sevilla dirección Jaen sobre las 8:00. Cuando llegamos a la zona de Sierra Mágina, nos disponemos a empezar andar. Son sobre las 12:15, y tenemos una temperatura fresca pero agradable. Podemos ver nieve en nuestro entorno, pequeños montones en las zonas bajas y acumulaciones más grandes en las zonas altas. En principio no nos preocupa, ya que traemos crampones, polainas, guantes, abrigos y demás materiales necesarios para manejarnos por la nieve.
Las vistas que tenemos, con el día totalmente despejado, son impresionantes. Estamos en un paraje espectacular, solo vemos montañas alrededor, naturaleza salvaje. Disfrutamos mucho de los primeros compases de la jornada. A eso de las 13:30, tras una hora de subida, empezamos a encontrar los primeros neveros para cruzar. Descubrimos con sorpresa que la nieve, a pesar de la baja cota, ya presenta una acumulación considerable. Aunque los neveros son todavía escasos y poco generosos en extensión, ya nos calzamos las polainas.
Por esta zona también nos encontramos a un primer grupo de montañeros que están bajando. Nos comentan que arriba hay mucha nieve, más de medio metro, y que se dan la vuelta. Es evidente que no han hecho cima en ningún sitio. A nosotros esto nos parece sorprendente, porque eso es mucha nieve, y desde abajo no da la sensación de que haya tanta. Seguimos subiendo, queremos ver qué hay arriba.
Sobre las 14:00 ya encontramos los primeros neveros bien generosos, tanto en extensión como en cantidad de nieve. Y efectivamente, la profundida es bastante. La nieve está muy húmeda, no tiene consistencia ninguna, y según donde se pise, la pierna se hunde hasta la rodilla. Las huellas que ya había nos ayudaban algo, pero en general el avance era un poco penoso. Además, nos damos cuenta de que eso no era ya un nevero, y es que el sendero y todo el monte estaba completamente cubierno de nieve, y que ésta será la tónica durante el resto de la jornada.
La subida se nos hace muy dura hasta la cota de 2.000 msnm, donde llegamos sobre las 14:30. El avance es ciertamente complicado en una nieve tan blanda. La huella abierta sirve de poco. En la zona alta, como era de esperar, sopla más viento y baja bastante la sensación térmica. Para almorzar nos dividimos: unos compañeros se acercan al refugio Miramundos, y otros nos quedamos refugiados tras una piedra.
Los compañeros del refugio, cuando vuelven, nos comentan que se han encontrado allí con otros montañeros que han intentado la cima y que han desistido debido a la cantidad de nieve. En esta ocasión el aviso nos cala más profundo, porque ya hemos visto hoy por nosotros mismos lo complicado que resulta moverse con la nieve en este estado. Entablamos las primeras conversaciones sobre los objetivos del día y sobre la posibilidad de darnos la vuelta, como lo han hecho los demás grupos de montañeros. La verdad es que aún tenemos algo de ganas de montaña, y además nos ha parecido ver a alguien próximo a la cima del Mágina, así que decidimos hacer un intento. Vamos a avanzar un poco más. Evaluaremos un poco más adelante si continuar o no. Estábamos justo debajo de una señalización que indica 2km hasta la cima del Mágina, pero somos plenamente conscientes que 2km pueden hacerse muy largos con la montaña en esas condiciones.
Avanzamos por una primera parte preciosa, aristas llenas de nieve con vistas espectacurales de la sierra, que nos hacen sentir que estamos en otro país. ¡No, es Andalucía! :-) Desde la lejanía también observamos el resto del camino que nos falta, e intentando pensar con la cabeza fria, detectamos un par de sitios que podrían presentar cierto riesgo de aludes. No tenemos muchos conocimientos sobre nivología, pero una gran acumulación de nieve y una rampa inclinada suenan como algo a tener en cuenta. Además, por cada paso que damos, la cantidad de nieve es mayor. En ciertas zonas, nos hundimos hasta la cintura. Un compañero mete la pierna tan profunda que tiene que auto desenterrarse el pie para poder continuar.
Al llegar a un pequeño rellano antes de la subida final, en una especie de hoya o circo de cumbres y piedras, nos paramos y hacemos una evaluación final. Vemos el camino original de subida al pico. Hay una pequeña huella abierta por la que 3 montañeros delante nuestra están subiedo a gatas, prácticamente nadando en la nieve, y además, cruzando bajo los embudos con riesgo de aludes que detectamos previamente. Decidimos por unanimidad que no vamos a subir por ese camino. Valoramos usar una arista rocosa que hay a nuestra derecha, y que presenta bastante menos acumulación de nieve. Siguiendo esta arista de la derecha, podriamos acceder al collado de arriba, y siguiendo la cuerda de cimas, llegar hasta el pico Mágina.
Decidido el intinerario, apostamos por subir. Resulta que esta cresta rocosa no es más que una acumulación de peñascos, nieve y matorrales, que hacen nuestro avance quizás aún más penoso de lo que hubiera sido por la nieve. Así que a mitad de la cresta, nos paramos y volvemos a evaluar la situación. Aún podemos enganchar con el camino original y “nadar” por la nieve, o darnos la vuelta, o seguir intentando subir. Nos decidimos por lo tercero, y continuamos subiendo a pesar de las dudas de algunos miembros del equipo. Tenemos un nuevo objetivo: alcanzar el collado que corona nuestra cresta y evaluar la situación desde allí.
Tras unos minutos más de penoso avance, finalmente, alcanzamos el collado objetivo. Nuestras esperanzas originales de que desde aquí se pudiera acceder a la cima del pico Mágina se desvanencen. La cuerda hasta la cima no tiene más que nieve y más nieve, y más pedruscos y más matojos. Son las 16:30, llevamos 4 horas en la montaña, estamos en medio de ninguna parte y nuestras previsiones a principio del día eran 4 horas para subir y bajar. Si seguimos avanzando hasta la cima del pico Mágina, no sabémos en qué estado estará la bajada por la otra cara y si tendremos que desandar todo el camino por la penosa nieve, desde aún más alto. Así que sin más, en aquél vértice geodésico sin nombre a 2100 msnm, decidimos darnos la vuelta y empezar a bajar inmediatamente. El grupo se divide, 3 de nosotros bajaremos por el mismo camino de subida y otros 3 deciden bajar enganchando con el camino original de subida.
Al igual que la subida, la bajada es también penosa. Matojos, pedruscos y nieve húmeda y profunda. El descenso es agotador, y en mi caso, este agotamiento me induce a un estado mental muy negativo. No soy el único, y en mi grupo de 3 tenemos que hacer ejercicios colectivos para levantar los ánimos y aliviar el sufrimiento de aquella situación. Las fuerzas se están desgastando rápidamente, yo estoy hastiado de andar por la nieve hasta la rodilla y nos entra un poco de ansiedad por bajar ya de la montaña. Con mucho sufrimiento, cruzando tramo tras tramo de nieve, vamos desandando el camino. Son momentos bastante duros.
En cierto punto, escuchamos por walkie-talkie que el equipo de 3 que venía detrás iban a pararse a vendar la rodilla de uno de nuestras compañeras. La comunicación por walkie-talkie no era demasiado explícita, y el equipo que estábamos abajo no teníamos una idea clara de lo que estaba sucediendo arriba. Aunque en cierto momento, llegamos a la conclusión de que, efectivamente, un componente de nuestra expedición se había lesionado la rodilla y tenía problemas para descender a través de la nieve. En este momento, nuestro equipo de 3, más bajo, decidimos dividirnos. 2 bajaríamos a los coches para subirlo por la pista forestal que hay hasta el inicio del sendero, unos 3 o 4 km, caminata que le ahorraríamos a la compañera con problemas. El otro miembro se quedaría arriba para unirse a los 3 que bajan, de manera que pueda ayudar (física o moralmente) con el descenso.
Tenemos dudas sobre si llamar a los equipos de rescate, pues nunca se nos ha presentado una situación similar. Pero es de día, quedan aún 3 horas de luz y somos unos cuantos para arrimar el hombro. Si el equipo de arriba consigue bajar aunque sea a paso lento, y nosotros subimos coche, en 1 hora podríamos encontrarnos todos y dar por solventada la situación. Así que finalmente no llamamos a los equipos de rescate y ejecutamos nuestro plan como estaba previsto. Los walkie-talkies, otra vez más, nos han ayudado muchísimo en el desarrollo de nuestra actividad en la montaña.
Cuando por fin nos reunimos todos, sobre las 18:30 no nos entretenemos y nos vamos al hostal que teníamos reservado, Hostal Los Castillos en Cambil. Aquí, por cierto, el personal era bastante amable, pero las comodidades eran muy escuetas. Para la compañera lesionada, hacemos uso de la políza de seguro asociada a la licencia federativa de montaña, y le hacen una radiografía en un hospital privado de Jaen. No tiene ninguna lesión ósea, y en principio todo ha quedado en un susto: una fuerte contusión en la rodilla.
Desde luego que la experiencia de hoy ha sido muy exigente. No era lo que buscábamos, y sinceramente, creo que no tengo la forma física adecuada para moverme con solvencia por tal cantidad de nieve. Mi estado de agotamiento físico y mental allí arriba me preocupó. Entiendo además, que el cansancio pudo pasar factura a la compañera accidentada. Supongo que es por algo que la mayoría de accidentes en la montaña ocurren en los descensos, cuando el cansancio se añade a la ecuación.
Creo que volveremos al pico Mágina, pero me gustaría vivir otra experiencia más satisfactoria esta vez :-)
Referencias: