Descubriendo la Sierra Sur de Sevilla, Coripe
El pasado domingo 5/Noviembre/2017 fuimos a un sitio nuevo, emplazado en la frontera entre las provincias andaluzas de Sevilla y Cádiz. Esto es, la Sierra Sur de Sevilla, cerca de Coripe, y entre Puerto Serrano y Algodonales.
Al preparar la ruta ya vimos como el recorrido iba a ser exigente, no apto para principiantes, como finalmente confirmaríamos in situ.
La meteo era favorable, cielo seco con algunas nubes para tapar el sol de justicia y viento suave pero fresco. Este hecho nos ayudó a disfrutar de los casi 16 km de recorrido y en torno a 700 metros de desnivel acumulado.
Nada más empezar a andar transitamos por un sendero paralelo al rio Guadalete con vegetación formando túneles bastante bonitos. El monte está bastante húmedo y vivo tras los días de lluvia pasados. Cuando abandonamos el cauce del rio Guadalete nos toca subir una pendiente bastante pronunciada, que nos hace esforzarnos no sólo en lo físico, sino también en lo mental. Este tramo, además, discurre por senderos de cabras muy poco frecuentados y que son bastante complicados de seguir, incluso con GPS. En este punto, una pareja de compañeros decide acortar camino para volver a los coches. No se ven preparados para continuar y comprendemos su punto de vista.
El resto seguimos andando y pasamos por praderas llenas de animales pastando, perdidos en medio de montes totalmente desconocidos para nosotros. A medida que nos movemos en dirección sureste podemos distinguir en la lejanía la Sierra de Lijar y también la Sierra del Pinar, en Grazalema. Bonitas vistas.
De nuevo volvemos a encontrarnos con senderos desdibujados que nos exigen la máxima atención para poder avanzar y no perdernos. De vez en cuando estos senderos dan paso a alguna pista forestal durante un corto trayecto, lo que se agradece por la comodida del paso que ofrecen.
Tras la pausa para almorzar, nos toca el último tramo de subida, al Cerro del Cincho. Esto es claramente terreno de cazadores, a tenor de la gran cantidad de cartuchos de escopeta que encontramos por el camino, ¡Vaya falta de respeto al monte!
Cuando llegamos a la cima del Cerro del Cincho y nos disponemos a bajar, llega uno de los momentos más exigentes del día, en el que para encontrar el sendero tenemos que transitar unos 100 metros campo a traves, con vegetación muy frondosa (y llena de pinchos). Cuando conseguimos dar a un sendero, este se encuentra totalmente embarrado y la bajada es muy dificultosa, exigiendo un gran esfuerzo por nuestra parte. Parecen toboganes naturales de barro. Nos sabe a gloria cuando por fín conseguimos llegar a una pradera llana.
En este punto, la ruta ya está a punto de concluir, porque al poco enlazamos con la pista forestal que lleva hasta el punto de inicio.
Ha sido una buena aventura en un monte nuevo, nos ha gustado el descubrimiento de esta sierra y también nos ha encantado el reto de senderos complicados.
Referencias: