El grupo de hoy

El pasado domingo 20 de diciembre nos levantamos muy temprano con el objetivo de atacar el Cerro de la Alcazaba, montaña también llamada Peñón Alcazaba y algunas otras variantes más. Este pico era desconocido para nosotros, a pesar de ser una de las siluetas más significativas y reconocibles de la Sierra de las Nieves.

El grupo del día lo componíamos 7 personas, y empezamos a andar a eso de las 10:00 de la mañana por la Cañada del Cuerno. Habíamos elegido la ruta normal para subir a esta montaña, que discurre compartiendo una gran porción del trayecto con la ruta normal del pico Torrecilla, la más famosa de la zona.

Había bastante gente en la sierra este día, que presentaba una meteorología favorable para actividades en la naturaleza, con temperaturas suavemente frescas, poco viento y sol brillante asomando entre algunas nubes bajas. Subimos a buen ritmo hasta que alcanzamos la pista forestal en las inmediaciones del Puerto de los Pilones. Tras una breve parada para beber agua, continuamos la marcha.

Subiendo por la cañada del cuerno

Teníamos que tomar un desvío a la derecha en algún momento antes de llegar al pozo de las nieves, y como era nuestra primera vez, no sabíamos muy bien dónde. Llevábamos un track GPS que nos ayudó bastante a descubrir el cruce. El nuevo sendero apenas estaba pisado, se notaba que nunca ha transitado mucha gente por él. De hecho, desconfié un poco y me decidí a seguir las marcas de sendas dibujadas en el mapa. Estas marcas efectivamente llevaban a un sendero más marcado que seguimos durante un rato hasta que volvimos a desviarnos a la derecha. La mole rocosa de la Alcazaba siempre quedaba visible, lo que era una ventaja para la orientación.

Finalmente, unos 500 metros antes de llegar al peñón, enlazamos con un marcado sendero de cabras, que coincidía además con el track GPS de referencia que llevábamos. Mientras nos acercábamos al destino, algunos miembros del equipo manifestaron sus sensaciones de que la ruta de hoy era demasiado suave y que no despertaba demasiada emoción ni interés aventurero. Querían subir al Torrecilla en su lugar. Yo discrepé, ya que conocer esta nueva montaña y ruta era suficiente motivación para mí. Además, yo tenía otro motivo adicional para querer visitar este sitio, ya que estoy preparando una ruta experimental para alcanzar esta cima desde el Pinsapar de Yedra. En cualquier caso, tras una votación a mano alzada, decidimos que seguiríamos adelante con la actividad tal y como estaba prevista.

Los dos picos

En pocos minutos llegamos a la base del peñón y tuvimos que dedicar unos momentos a estudiar la mejor manera de escalarlo. Encontramos una pequeña grieta escalonada que no presentaba demasiada dificultad, y a través de ella llegamos a la cima rápidamente. La cumbre no disponía de vértice geodésico, y estaba señalada con un pequeño montículo de piedras creado por otros montañeros.

Serían las 12:30 y algunos de nosotros decidimos comernos el bocadillo allí mismo. Una nube baja nos tapaba las vistas en todas direcciones salvo al norte. Entre jirones de niebla podíamos contemplar a otros montañeros en la cercana cima del Torrecilla. Lo he subido muchas veces y no me arrepiento de no estar allí hoy. Tras comer y descansar un rato empezamos a desandar el camino, bajando primero del peñón. Aproveché para asomarme a la zona del Pinsapar de Yedra, e identifiqué algunos senderos que podrían ser útiles para el día que vuelva a esta montaña por el camino experimental.

El Torrecilla visto desde la cabecera del Pinsapar de Yedra

Para volver al Puerto de los Pilones encontramos más fácil el sendero y cada hito de piedra, sin apenas tener que recurrir al track GPS. Con animadas y distraídas charlas entre amigos nos adentramos de nuevo en la Cañada del Cuerno. La zona estaba bastante húmeda de las lluvias de días anteriores, y la bajada en algunos tramos embarrados requirió de bastante atención. Al llegar abajo del todo, no dudé en meter las botas en el riachuelo que pasa junto al aparcamiento para limpiarlas. Acabamos la ruta con tiempo suficiente para sentarnos en los merenderos a picotear algo y disfrutar del sol y los aromas del monte antes de volver a casa. Que por cierto, en el camino de vuelta montamos en el coche a 4 senderistas que habían aparcado bastante lejos, ahorrándoles un buen pateo.

Un día estupendo en todos los sentidos. Espero volver esta temporada a esta montaña para intentar subirla desde el Pinsapar de Yedra.

El track GPS de referencia: