En las alturas de la maroma

A la tercera va la vencida. Llevábamos varios meses intentando ir a La Maroma, pero la meteorología no nos ha dado mucha tregua este último mes y medio. No podiamos arriesgarnos mucho a ir “a probar” tampoco, dada la distancia considerable que hay desde Sevilla (~3h coche).

Pues bien, finalmente la ventana de meteorología se abrió sensiblemente para el sábado 24 de Marzo. Las precipitaciones eran reducidas, a principio y a final del día. Sonaba razonable. También tendríamos viento, en este caso bastante, rachas del orden de 70km/h en la cima, con aviso de nivel amarillo por parte de AEMET.

Conseguimos reunirnos en un equipo de 4 personas, me incluyo, en el que 2 de los componentes no tenian demasiada experiencia en montaña (mis hermanos). Este hecho, que a priori es irrelevante, creo que condicionaría un poco las sensaciones que tendríamos en el desarrollo de la aventura.

El equipo de aventuras

Salimos de casa en torno a las 7:00, y cuando empezamos a andar cerca del cortijo del Robledal Alto, a las 11:00, el frio que sentimos era intenso: unos 5º. Además, el viento, como estaba previsto, ya se mostraba vigoroso en las zonas bajas de la montaña.

El ritmo de subida en el primer tramo es muy bueno. Estamos motivados, disfrutando de la actividad y del entorno. Pero los que ya hemos subido a esta montaña antes sabemos lo exigente que puede ser, y sobretodo, lo largos que se hacen mentalmente los aproximadamete 17km y 1000 metros de desnivel.

Cuando llegamos la zona del paso del Salto del Caballo encontramos una capita fina de hielo en el suelo que nos obliga a ponernos crampones. Pero la capa de hielo es bastante fina, y aunque los crampones agarran bien, caminar con ellos se hace bastante incómodo. Toda esta zona está cubierta de hielo en unas formaciones espectaculares. Y el frio, junto con el viento, van en aumento a medida que ganamos altura.

Los guantes!

En la zona de Collado Lobera hay un cartel indicativo donde se anuncia que la cima de La Maroma queda a unos 2km. En este punto, el hielo del suelo nos da una pequeña tregua, lo que aprovechamos para quitarnos los crampones y poder movernos con más soltura. Nos cruzamos con un pequeño grupo de montañeros que han hecho cima y están bajando ya. Comentamos con ellos el estado de la meteo y el viento, y nos avisan de que en la cima las condiciones son aún peores.

Y es cierto, en esta parte alta las condiciones se han endurecido bastante. Me siento un poco sobrecogido por la sensación térmica y por el esfuerzo, físico y mental, que hemos hecho hasta ahora. Y es que aún no hemos llegado a la cima y luego nos toca bajar. El frio nos obliga a estar en movimiento constante. Al llegar a la zona de tajos que hay previa a la cima, vemos con desánimo cómo el suelo vuelve a estar lleno de hielo y tenemos que volver a ponernos los crampones, lo que nos obliga a pararnos, a quitarnos los guantes, y en definitva, a pasar aún más frio. Ya no es tan divertido eso de los crampones.

Cascada de hielo

Son momentos duros, esta parte alta de la montaña la estamos sufriendo bastante, la moral está un poco baja y yo estoy, además, preocupado por mis hermanos, que es su primera vez en este tipo de situaciones delicadas. El último tramo a la cima se nos hace realmente eterno, con visibilidad muy reducida y un frio de primer nivel.

He calculado que la sensación términa era de -15º, ya que el termómetro (colgado del pecho en la mochila) marcaba en torno a 0º y hay que quitarle al menos 4º o 5º grados por el calor que genera mi cuerpo. El viento soplaría en torno a 70km/h.

Con tesón, aprentando los dientes y haciendo el sacrificio final ¡por fin llegamos a la cima!. Qué esfuerzo más sufrido. Y efectivamente, en las fotos rápidas que nos hacemos queda registrado que se nos congela la ropa en el lado por donde nos golpea el viento. Estos últimos 2km han sido bastante exigentes.

En la cima de La Maroma

Son las 15:00, hemos tardado unas 4 horas en hacer cima, y estamos contentos por haber conseguido llegar hasta aquí. Pero no nos detenemos mucho, salvo para reajustarnos un poco la ropa, y empezamos a bajar rápidamente. Las fuerzas escasean, nos toca almorzar algo, pero primero tenemos que buscar un sitio minimamente resguardado del viento. Tenemos que encontrar un balance entre bajar y reponer fuerzas, que solucionamos metiendonos detrás de la primera roca grande que hay en el camino de bajada de la cima.

Reanudamos la marcha descendente, con mucho frio y cansados de llevar tanto tiempo los crampones por un terreno tan pedregoso. A medida que bajamos, la perspectiva de salir de la zona de fuertes vientos y frio nos va dando ánimos. Cuando finalmente volvemos a cruzar el paso del Salto del Caballo, nos quitamos los crampones como una liberación total y con sensasión de haber dejado ya lo peor detrás. A medida que descendemos a las zonas más boscosas y más protegidas, la tensión y el sobrecogimiento de la zona alta desaparecen, nos relajamos y empezamos a bromear. Realmente, solo han sido un par de horas donde la cosa se ha puesto más peliaguda.

Sin más, a las 18:15 llegamos al coche y nos vamos directos a donde habíamos planeado pasar la noche, en el Hotel Rural los Caños de la Alcaicería. La gran chimenea que nos recibe allí, las habitaciones con suelo radiante, la ducha de agua hirviendo a alta presión y la cama cómoda nos sientan estupendamente después del frio que hemos pasado en el monte. Este sitio está genial, nos atienden muy bien, está todo muy limpio, tranquilo y a precios muy económicos. ¿Qué más se puede pedir? Este hotel es totalmente recomendable, ha sido una gran elección, y volveremos.

Las fuerzas han estado hoy justas, y hemos ejercitado bastante nuestra capacidad de sufrimiento. En los momentos duros de meteo y cansancio, es muy dificil sacar el disfrute y muy fácil tener pensamientos negativos. Para afrontar con solvencia un reto de estas características es muy recomendable estar en buena forma física y mental, y tener los materiales y conocimientos adecuados. Creo que hemos cumplido todos los requisitos, y hemos tenido también la suerte de nuestro lado, pues nadie se torció un tobillo o algo similar a -15º.

La Maroma era uno de nuestros objetivos de esta temporada, ya que cuando la subimos en 2015 sufrimos aún más, probablemente debido a una mala planificación. Esta vez hemos vuelto contentos y orgullosos de haberlo hecho mejor, habernos superado y haber respondido bien en las situaciones más sufridas que hemos tenido. Los 4 miembros del equipo hemos estado genial a pesar del reto de esta montaña imponente :-)

Chimenea

Referencias:

Grupo de Montaña - Patapumparriba, El Robledal Alto - La Maroma (2.069 msnm)