El equipo

El jueves 13 de abril sobre las 7:00 de la mañana partimos desde Dos Hermanas la expedición integrada por 8 personas que teníamos por objetivo ir a la alpujarra granadina a realizar unos dias de aventuras en la alta montaña.

Desde Sevilla, el camino en coche tiene 2 etapas claramente diferencias: primero llegar a Granada y luego subir a Capileira, el último pueblo de la alpujarra por el que pasamos en coche antes de empezar a andar.

La subida en coche a la alpujarra puede llegar a ser bastante intensa y desesperante si no se toma con calma. La carretera está llena de curvas, durante más de 1 hora hasta la Hoya del Portillo, donde empezábamos la ruta a pie.

La meteorología indicaba que podíamos usar la ruta de la Hoya del Portillo sin problema, y esta es una via sencilla de aproximación al Refugio Poqueira.

Los 8 miembros de equipo teníamos mochilas de entre 40 y 60 litros, con peso bastante limitado y asequible, unos 10 kg de media. Siempre hay dudas sobre si te faltará algo de equipamiento o si por el contrario se llevan cosas de más. A priori es difícil saberlo, y simplemente hemos aplicado los conocimientos adquiridos de aventuras pasadas. Al establecer el campo base en el Refugio Poqueira tenemos también la ventaja del abastecimiento de alimentos, y la posibilidad de alquilar material técnico. Esto también influye positivamente en la mochila, porque son menos cosas que hay que transportar.

Ya con la mochila puesta, el camino se hace bastante agradable. Cuando llegamos a las inmediaciones de Puerto Molina empezamos a ver las primeras acumulaciones de nieve. Algunos árboles, pinos en su mayoría, están quebrados debido a los grandes volúmenes de nieve que han caido sobre ellos. Encontramos neveros de más de 1 metro de altura, con nieve húmeda arriba y dura tras esta primera capa delgada. Nada de hielo, se podía traccionar perfectamente sin crampones y tampoco se requerían polainas.

Las vistas al valle son increibles, y la meteoroloǵia nos acompaña. Sol brillante, temperaturas suaves y brisa ligera.

Cartel enterrado en nieve

Por el camino nos detenemos a almozar. Nos adelantan algunos grupos de montañeros bastante variopintos: un numeroso grupo de aragoneses, otro de ingleses, también gente que baja de vuelta, etc. A medio camino, en una pared inclinada de nieve, vemos cómo un equipo de montañeros está practicando con piolet y crampones, autodetención, piolet tracción y otras técnicas de progresión.

Finalmente, tras aproximadamente 4 horas llegamos al Refugio Poqueira, donde nos sentimos bien acogidos y satisfechos de haber llegado en última instancia. La altitud se nota (2.500 msnm) y algo simple como subir las escaleras del refugio se lleva algún resoplo más de lo normal. Tenemos la suerte de que nos asignen una habitación de 8 plazas, donde nuestro equipo cabe al completo y tenemos cierta intimidad. Nos sentimos bien y la cena la disfrutamos mucho. Hay un gran menú para cenar y los ánimos están muy altos.

Refugio Poqueira

Durante la cena hablamos del ataque a cima del dia siguiente: rutas, posibilidades, mochila de ataque, meteorología, horarios, etc. A nivel de horarios, hablamos de hacer cima sobre las 12:00, de manera que tengamos margen de maniobra y hayamos acabado la actividad a medio dia. Estimamos que tenemos unas 3-4h de subida a la cima y otras 3h de bajada de vuelta al refugio. Establecemos la hora de salida en las 7:30 de la mañana siguiente.

De los 8 miembros del equipo, solo 6 tenemos objetivo de ir a cima. Además, vamos a alquilar piolet y crampones para la zona de alta montaña, donde esperamos que haya bastante más nieve, según meteo a partir de 2.800 msnm. Piolets de travesía y crampones de correas, la primera vez que los manejamos. Además, yo me alquilo unas botas más adecuadas a la actividad, ya que las mias no soportan bien la nieve debido a su avanzado estado de desgaste.

Nuestra habitación

Todo listo para el dia siguiente, nos disponemos a dormir. La noche es placentera pero no logramos descansar del todo bien. Quizás nuestros sacos de dormir eran demasiado cálidos: dentro hacía calor de más y fuera hacía frio.

Conseguimos empezar a andar sobre las 7:40 de la mañana, una hora que en principio no está demasiado mal. Pero esta historia se merece continuar en otro artículo aparte :-)

En este post, las tres primeras fotos son de Jesus Lucena Cintado.